Sabemos lo que estás buscando en Internet
El sitio de Nelson Minar, un ingeniero del MIT que trabaja para Google ( www.somebits.com/weblog/ ), explicaba en estos días que el gigante de Mounhtain View ha empezado a asociar las búsquedas con las cuentas de Gmail de sus usuarios. Así, basta ir a www.google.com/searchhistory , ingresar nombre de usuario y contraseña para descubrir que nuestras pesquisas han quedado prolijamente registradas. O eso parece, a primera vista.
Por cierto, esto no es nuevo. Todos los buscadores (Yahoo!, MSN, Google, y otros) registran los criterios ingresados por sus usuarios, el número IP de sus computadoras, fecha y hora, el sistema operativo y el navegador que usan.
Lo nuevo, en el caso de Google, es que ahora esas búsquedas tienen nombre y apellido, o al menos una dirección de mail. A Minar la idea no le gusta, y desde luego tampoco a mí.
La buena noticia es que se puede desactivar el registro de las búsquedas a las que se accede por medio de esta herramienta. La mala es que Google no haya sido más explícito al implementar este procedimiento.
Porque en verdad ni siquiera es tan serio. No toda búsqueda se guarda por medio de la herramienta Search History , sino sólo aquellas que hayamos hecho mientras estábamos registrados en las cuentas de Gmail , Calendar y otras.
Tengo la costumbre de no mantener abiertas las páginas que requieren autenticación (home banking, correo electrónico, foros) mientras visito otros sitios. Por varias razones, es una buena práctica de seguridad en línea: entrar en el correo, leerlo, responder, cerrarlo. Lo mismo para operar con el banco. Y solo después usar la Web como siempre.
Así, cuando revisé mi historial estaba vacío. Hice las pruebas del caso. Ingresé en mi cuenta de Gmail (o en la portada personalizada de Google, para el caso es lo mismo) y realicé algunas búsquedas. Al volver a Search History , las encontré prolijamente registradas.
Hay, pues, dos modos de utilizar Google. De una forma anónima, sin ingresar a los servicios de esta empresa que requieren autenticación, o tras haber puesto nuestro nombre de usuario y contraseña en Gmail, Calendar y demás. El anonimato, por cierto, es muy relativo, como ya he dicho en esta columna varias veces. Pero al menos el historial no está en línea. Con la nueva herramienta basta que alguien consiga nuestra contraseña para que acceda a nuestras búsquedas.
Esto, claro, no es responsabilidad de Google, pero es muy obvio también que nuestros historiales estarían más seguros sin este Search History.
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