Sony ganó la batalla del super DVD
Luego de dos años de chocar las filosas katanas del marketing, la publicidad y los precios, Toshiba se dio por vencida y sepultó su formato de DVD de alta definición, el HD DVD, concediéndole la victoria a Sony. Pero no ha sido simplemente una derrota, sino más bien una muerte honorable al mejor estilo del Bushido. ¿Por qué?
Porque Toshiba no ha invertido ni un minuto más de lo estrictamente necesario para retirarse de la batalla; sólo a principios de 2008 la balanza se había inclinado inexorablemente a favor de Sony. Este rápido retiro es sano para la industria y para los castigados consumidores, que siempre pierden dinero en estas guerras de formatos. Además, desmantelar la producción de HD DVD habrá de costarle varios cientos de millones de dólares a esta compañía fundada en 1939.
Por añadidura, muchos sostienen que el HD DVD es mejor que Blu-ray. Dejando de lado los tecnicismos, el formato de Toshiba no implementa las engorrosas regiones del DVD. El de Sony, en cambio, sí. Por otra parte, los datos en los discos Blu-ray están mucho más cerca de la superficie, lo que los vuelve más sensibles a las rayaduras.
Otros aseguran que Blu-ray es, por su mayor capacidad, mejor que el HD DVD. En todo caso, estos rasgos le dan a la confrontación un parentesco insoslayable con la guerra del VHS, de JVC, y el Betamax, de Sony, en la década del 80. En esa ocasión, Sony perdió con un formato técnicamente superior pero de menor tiempo de grabación.
La guerra del láser. Luego de que entre enero y febrero los estudios Warner Bros., el videoclub online norteamericano Netflix y los minoristas Wal-Mart y Best Buy le retiraran su apoyo, Toshiba no dudó en dar de baja el HD DVD. La batalla VHS-Betamax había durado diez años. Esta duró menos de dos.
De su lado, Sony hizo todos los deberes para quedarse con el trofeo. Aparte de la elección del nombre (Blu-ray es una marca pegadiza; HD DVD son sólo unas siglas) y de su tenaz campaña de marketing, empujó el formato mediante su consola de videojuegos PlayStation 3 (PS3), de la que ya ha vendido más de 10 millones de unidades.
El HD DVD tuvo el apoyo de la consola Xbox 360, de Microsoft, que lleva vendidas 17 millones de unidades y compite con la PS3. Pero mientras la PS3 incorpora Blu-ray de serie, la Xbox 360 ofrecía la lectora HD DVD como accesorio; se calcula que se vendieron unos 300.000. La diferencia a favor de Sony fue demoledora.
El motivo por el que Microsoft optó por no colocar el reproductor de discos de alta definición directamente dentro de la consola es obvio. Si Toshiba perdía la batalla –como finalmente ocurrió–, la empresa de Bill Gates se quedaba con más de 17 millones de equipos súbitamente obsoletos. Pero es interesante imaginar qué habría ocurrido si Microsoft inyectaba más de 17 millones de reproductores de HD DVD en medio de esta guerra.
Desde donde se lo mire, el triunfo de Sony no ha causado ninguna alegría en Microsoft, Intel, Nec y otras compañías que impulsaban el HD DVD. Y, sin embargo, las cosas ya no son hoy tan claras como cuando nació el DVD, doce años atrás. Es decir: ¿Sony ganó realmente una batalla significativa?
Para algunos, los discos ópticos podrían tener un valor estratégico menor, si la capacidad de transmisión de datos de Internet sigue incrementándose. En un futuro no muy lejano, ir al videoclub será más bien elegir una película en un sitio Web y bajar a un disco duro (o una memoria electrónica) en el televisor una copia en alta definición en menos tiempo que el que lleva preparar el pochoclo.
En mi opinión, eso llegará, indudablemente. Pero no tan rápido como algunos anticipan. Hay muchas cuestiones muy complejas por resolver antes de que el cine en alta definición esté a un clic de distancia. Así que al formato Blu-ray posiblemente le espera un reinado al menos tan extenso como el del DVD.
En la Argentina, un reproductor Blu-ray para TV cuesta 3500 pesos. Una grabadora para PC está en 1800 pesos, y 100 de la misma moneda por cada Blu-ray virgen de 25 GB.
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