Google celebra el 30 aniversario de Pac-Man
Google se ha lucido. Acostumbrados a celebrar las principales efemérides personalizando su Doodle (logotipo), esta vez han superado las expectativas. Hoy se celebran los 30 años de la aparición del legendario Pac-Man, y para conmemorarlo, han modificado su logo de modo que sea posible jugar en él. Eso sí, entren bajo su propio riesgo, so pena de perder el resto del día reviviendo un clásico. Si gustan dejarlo para después, acá está el código fuente.
Pac-Man es, en muchos sentidos, un juego revolucionario. Desarrollado en 1979 por Toru Iwatani, este juego arcade supuso un cambio total en el paradigma impuesto por el popular Space Invaders. Estamos hablado de historia antigua, de los albores de los videojuegos. Space Invaders había establecido como determinado el modelo de shoot them up (dispárale a todos), donde el objetivo del juego era obtener el puntaje mediante la eliminación de los rivales. La aparición de Pac-Man no sólo supuso un giro a este modelo, sino que también fue el pionero en abrir el mercado de los videojuegos a las mujeres, un mercado inexplorado en ese entonces, quienes llegaron atraídas por la facilidad y poca violencia del juego.
Hay muchas curiosidades en torno a Pac-Man, un título que ha marcado la historia de los videojuegos por completo. Por ejemplo, los fantasmas que aparecen en el juego tienen nombre (Blinky, rojo; Pinky, rosa; Inky, azul; Clyde, naranja); y Blinky aumenta su velocidad conforme el jugador avanza y obtiene un puntaje alto. Otro dato es que Pac-Man posee 255 niveles, por limitaciones iniciales del sistema binario. Billy Mitchell es quien ostenta el logro de haber conseguido en 1999 por primera vez una partida perfecta de Pac-Man; es decir, completar los 255 niveles sin ser capturado ni una sola vez, con 3,333,360 puntos.
El éxito de Pac-Man (en cierto modo, muy parecido al trasfondo de Tetris) es que no puedes ganarle al juego. No importa cuántos puntos hagas, no vences a la máquina. Podrás sobrepasar tu récord, o derrotar a tus amigos si comparan puntajes, pero no le ganas al juego (a menos que sea Billy Mitchell) Es decir, el trasfondo de Pac-Man no está en conseguir una meta, sino en evitar la derrota.
Como afirmaría Roger Caillois, sociólogo francés especializado en ludología, una de las dimensiones de cualquier juego es el agón (reto). La simpleza de Pac-Man se resume en eso: retarte a escapar, a avanzar hasta que ya no es humanamente posible lograrlo, hasta el límite de tu destreza para ganar puntos sin morir en el intento. Tan simple, tan básico, tan elemental. Y por esa razón, tan adictivo. ¡Larga vida, amigo amarillo!
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